LA CAPACIDAD DE
APROPIACIÓN DEL PODER
Eran los carnavales una desenfrenada fiesta de
espontaneidad, de desgobierno, de burla, de sarcasmo. Una fiesta para criticar
sin cortapisas a todos los poderes que rigen los destinos: económico, político,
religioso, social… Fiesta del pueblo organizada por él, desde la
desorganización, desde la asistematización, desde la transgresión. Vivida al
margen de las regularizaciones, prejuicios y modelos competitivo-consumistas.
Pero creció y creció, y el poder político -tan listo-
metió allí las narices, subvencionando, organizando, reglamentando, colocando
cada desvarío en un lugar domesticado. Festivalizó, concursó, premió a los más
lindos, atrevidos, frescachones… Y se hizo con ellos, como si fueran cosa suya.
¡Porque son ya generalmente cosa suya y uno se pone en la cola que te indican
para entrar en su mundo regularizado!
Fiesta grande, sí, pero distinta, una especie
de feria municipal de vanidades, con “buen rollo”, pero tranquila y apacible. “Made
in poder” al fin y al cabo.
Luego surgen otras oportunidades de rebelarse
en la ironía y otra vez llega el descoloque. Así, tras las declaraciones del
entonces alcalde de Badajoz Miguel Celdrán, hablando despectivamente de los “palomos
cojos” -refiriéndose a los homosexuales-, organiza un tinglado curioso el
programa “El Intermedio” de la Cadena Sexta de Televisión Española. Y tiene
éxito. Y miles de personas acuden a su jolgorio transgresor en abril de 2011,
en la Plaza Alta de la ciudad.
Se repite el evento en mayo de 2012, redoblando
el éxito, el espontáneo aire de frescura, tolerancia y diversidad. Y ahora, de
nuevo se festeja en este comenzar de mayo, si bien ya metió su mano el poder,
con esas ganas suyas apropiatorias: en la presentación del acontecimiento, vimos
al actual alcalde (sucesor de Celdrán que de forma imprevista dejó el cargo
hace unos meses) sentado entre los organizadores, palabreando, como si fuera
uno más de los atrevidos y desenfadados contestatarios.
No sería extraño que para próximas ediciones
estableciera los consabidos concursos municipales, con finalistas, premios y
discursos en el balcón del Palacio Municipal: al enemigo que no puedes vencer,
únelo a ti, y colorín colorado la
confrontación se ha acabado y el éxito tú te lo has apropiado.
Moisés Cayetano Rosado