PAGAR LOS PLATOS ROTOS
Cuando mencionamos las grandes pirámides de Egipto, las nombramos por el nombre de los faraones que las mandaron construir, para su mayor gloria y reconocimiento, y en la práctica le atribuimos su ejecución. Si ocurría, en tanto, algún desastre -¡y tantos ocurrieron!-, la culpa era de otros: de los obreros, de los técnicos, que sufrían directa e indirectamente sus consecuencias: muertes en los derrumbes, encarcelamiento y ejecuciones para los que en principio se libraban.
Con la crisis económica mundial que nos azota ahora ocurre algo parecido. Si los tiempos de bonanza eran obra de los grandes políticos, de los banqueros, de los hombres de negocio, de los promotores urbanísticos..., no son suyas las catástrofes que vienen como consecuencia de la especulación, el desarrollismo consumista, la voracidad de los negociadores de la Banca y la Bolsa. Son los trabajadores, por su falta de rendimiento, su absentismo laboral, su consumismo de medio pelo, nos dirán.
Y así, éstos se han hecho acreedores del castigo bíblico de los grandes tiempos, con nuevos mecanismos: reducción de empleos, bajada de sueldos, subida de impuestos a productos de primera necesidad, minimización de prestaciones sociales para los más necesitados, recorte de pensiones, invitación a los jóvenes a que se busquen la vida "por ahí", emigrando otra vez más a donde sea... Pero ni una medida de reajuste para los que acumulan los dineros, los que ¡siguen acaparando! beneficios.
La Banca, los grandes empresarios y sus políticos a sueldo se preparan para "la nueva pirámide" que piensan construir. Cuando llegue la hora de lucir su vértice gigante -donde se colocarán-, si llega, dirán que son ellos, solo ellos, los responsables del prodigo. Abajo, inertes, quedarán los cuerpos esforzados.
Algunos amigos me dicen que han enviado su comentario y que no aparece reflejado. Espero que los amigos "técnicos" me resuelvan el problema cuando pasen estos días de asueto.
ResponderEliminarMOISÉS
No se podría decir de una forma más clara y más rotunda.
ResponderEliminarQuerido Moisés:
ResponderEliminarSiempre con la perspicacia intelectual que te caracteriza.
Lo incluyo en mi Facebook.
Un abrazo.
Miguel Ángel
Tienes toda la razón. Nada de impuestos a las grandes fortunas. Nada de exclusividad a funcionarios con dos y tres trabajos, cuando tener un trabajo es todo un lujo. Nada contra la economía sumergida, las comisiones en negro y las facturas sin IVA. Nada contra quienes explotan con contratyos de media jornada haciendo trabajar a sus empleados 10 horas (más sábados y domingos). No se como algunos parlamentarios y sus familias van a poder sobrevivir con estos ajustes tan necesarios. A pesar de todo Moisés, seguiremos soñando (al menos hasta que inventen un impuesto). feliz 2012.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tu reflexión, ¿Pero hasta que punto, somos inocentes de esta situación?
ResponderEliminarUn abrazo Jorge
En muchas ocasiones, Jorge, no se es sujeto pasivo, sino activo. Aunque sea "dejándose querer", o aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid para bañarnos... Y recuerda el poema de Bernot Brecht: "...Cuando vinieron a buscarme/ no había nadie más que pudiera protestar"
ResponderEliminarUn abrazo. Moisés.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Vaya con la tecnología! No es que haya eliminado una entrada; es que salió duplicada y traté de eliminar una de las copias.
ResponderEliminarEn el fondo esta crisis, de orígenes tan oscuros, va a servir para que el capital suprima o elimine buena parte del estado de bienestar logrado en ciertos países después de la 2ª Guerra Mundial. ¿A que, vistas sus consecuencias, parece más claro el origen de la crisis?
ResponderEliminarEn mi escrito de 21 de diciembre pasado apuntaba algo muy acorde con el anterior comentario de "Anónimo". De acuerdo.
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