sábado, 31 de diciembre de 2016

CÁLIDO Y CLARIFICADO “NOVIEMBRE”, DE JORGE GALÁN
Moisés Cayetano Rosado

Acabo de leer un libro especial, al que la Real Academia Española le concedió hace poco menos de tres meses su premio anual. Publicado inicialmente por Planeta, en México, el año pasado, y este año por Tusquets en España, estamos ante un fenómeno literario complejo y emotivo.
El poeta y narrador salvadoreño Jorge Galán nos ofrece una obra que en sus 275 páginas narra la conmovedora historia del asesinato de los jesuitas españoles Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno y Amando López, el sacerdote salvadoreño Joaquín López y López y la colaboradora Elba Ramos e hija Celina, hace 27 años.
Es una emocionante narración que el propio autor llama “novela”, pero que es al mismo tiempo una especie de reportaje periodístico y de sublime obra poética en muchos de sus pasajes, además de un “acta notarial” de la barbarie.
Tantos años después, y con apenas condenados -y amnistiados-, queda por proclamar la razón de la sinrazón: ¿Por qué fueron asesinados aquellos que estaban precisamente trabajando por la paz en El Salvador, especialmente Ellacuría, al tiempo que se eliminaba a los demás para que no quedara testigo alguno del crimen?
“Noviembre” es una obra sobrecogedora, cálida, clarificadora, llena de belleza formal y de compromiso argumental. Propia de un poeta, de un periodista, de un narrador experimentado, al mismo tiempo. Una historia coral y circular, con múltiples protagonistas y recurrentes vueltas atrás y hacia adelante para ofrecer visiones desde todos los ángulos, desde todos los involucrados en los acontecimientos: desde los jesuitas masacrados y otros sacerdotes hasta los militares y guerrilleros implicados, pasando por el propio Presidente de la República, Sr. Cristiani, retrocediendo incluso a otros protagonistas claves del convulso proceso salvadoreño, como fue el arzobispo también asesinado anteriormente, Monseñor Romero.
Por su denuncia y porque apunta al corazón de la conjura, Jorge Galán se ha visto amenazado y ha tenido que salir del país, donde su seguridad resulta más que frágil. Hay en la obra frases contundentes que no se le perdonan. Uno de los protagonistas declara: “Que Ellacuría era un objetivo para los militares no porque fuera cercano a la izquierda, sino porque ayudaba en el proceso de paz. A mí eso me quedó claro por dos cosas. Una es porque los militares se estaban haciendo ricos con la guerra y no querían que acabara. Recibían un millón de dólares al día sólo de los Estados Unidos. Y eso es mucho dinero”.

Las guerras y su negocio armamentístico, el control neocolonialista de zonas y países para su explotación económica y neutralización de “experimentos políticos no afines”, los poderes fácticos que escapan a la legalidad sirviéndose de la propia legalidad, tienen en esta obra hermosamente relatada un ejemplo contundente y de desgarradora actualidad extrapolable.

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