EL BOM CANTINHO DE VITORINO INVERNO
Hace unos años, mi buen amigo João
Miguel Inverno, nos llevó a su casa para conocer la obra artesana de su padre,
Vitorino Inverno. Allí estaba Vitorino, en el “quintal” hermoso, amplio y
soleado de Freixo (Redondo), y nos introdujo en su “santuario”: una amplia
estancia donde estaban expuestas sus creaciones en corcho, madera, latón y pieles
y cuernos de animales variados. Magníficas escenas de la vida campesina y
figuras religiosas, talladas con primor, con minuciosa precisión, con un
sentido poético de las composiciones que enriquecía esa labor prodigiosa y
paciente de convertir objetos inanimados en seres que cobran vida,
transmitiéndonos belleza y emoción.
Poco después, me llegaría la triste
noticia de su fallecimiento, y parecía imposible que alguien tan lleno de vida
y energía, dejara de existir. Y la verdad que es realmente imposible, porque
Vitorino Inverno sigue viviendo en sus objetos tallados, en su obra paciente y
delicada. Y sigue viviendo también en sus versos, sus “décimas”, que iría
componiendo a lo largo de su vida y ahora se recopilan en un libro emotivo,
bajo el título de “Deus lhe dê um Bom
cantinho”.
La edición de este tomo ha corrido a
cargo de su familia, con el apoyo compositivo y editorial de João Canha, y de
la Câmara Municipal de Redondo, la Freguesía de Redondo y la Casa do Povo de
Freixo.
Cuenta con una pequeña biografía del
autor, un Pórtico de João Canha, y los emocionantes testimonios de su esposa:
Maria Caliço, su hijo: João Inverno, su nuera: Carolina Inverno, su nieto: José
Inverno, y otros compañeros y amigos de Vitorino, que ensalzan su figura de
hombre trabajador, honrado, virtuoso artesano y poeta popular.
A continuación vienen sus múltiples
décimas, que son un repaso a su vida, a sus gentes, a su tierra, a sus
inquietudes, creencias, pensamientos, aspiraciones, reflexiones, en los que el
paso de la vida va dejando maravillosos momentos, pero también un cansancio,
fruto de la edad y los esfuerzos propios de los hombres sencillos de nuestros
pueblos.
Intercaladas, van diversas fotos de sus
producciones artesanales, que enriquecen el libro y nos dan cuenta de sus
múltiples inquietudes artísticas y humanas.
Es realmente un “pequeño tesoro” esta
edición, este merecido homenaje a un hombre, a un artesano, a un artista, que
deja una huella profunda en los suyos, y para toda la sociedad, con este trabajo
manual y poético, de largo recorrido vital y pensamiento firme en la denuncia: “O Goberno de Portugal/ Faz promessa ao
povinho/ Só faz bem ao capital/ Não quer saber do pobrezinho”, un agudo
amargor en los recuerdos: “Um dia pus-me
a pensar/ Como ter sido o meu viver/Em pequenino foi brincar/ Depois de grande,
sofrer” y un sentido firme de la
solidaridad: “Quem trabalha passa mal/ Tem uma vida amargurda/ Se para todos fosse
igual/ A ninguém faltava nada”.
Agradezco, por tanto, a João Miguel
Inverno este obsequio, este libro de su padre que en nuestro último encuentro,
tras un día agradable buscando setas por la sierra y comiendo hermanadamente en
la Casa do Povo de Freixo, me entregó con todo su cariño de buen hijo y amigo
incondicional.
MOISÉS CAYETANO ROSADO
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