viernes, 1 de julio de 2022

 GANÁNDOSE LA VIDA

Tras pasear por los magníficos alrededores cuarcíticos de Penha García, con sus 500 millones de años en los erosionados plegamientos que ascienden casi hasta la verticalidad, compramos en su placita principal tres helados de 1'90+1'90+1'00 euros. No hay nadie más en el inmenso mirador que es su Largo do Chão da Igreja, en que un carro de combate cedido por las Forças Armadas nos recuerda la gloria y esperanza de la Revolução dos Cravos. El señor que nos atiende tiene más de 90 años. Suma trabajosamente en un papel; resultado: 3'80 euros. Le saco del error: 4'80. Está confuso. Acepta el billete de 5 euros que le doy. Las venas de sus manos presentan abultados surcos como los icnofósiles de trilobites, crucianas que pueblan este valle del río Ponsul, rico en agua, levadas y molinos ya sin uso, más allá del turístico.

Pasamos después a Monsanto, la aldeia mais portuguesa de Portugal (título obtenido en 1938). Damos una vuelta por su incomparable inselberg granítico, que arropa a las casas como un abrigo impenetrable que emergió de las entrañas de La Tierra hace 300 millones de años. Compramos varios quesos en una pequeña tienda; la señora nos dice que tiene 91 años y ve muy poco (ya la conocía de veces anteriores y lo sabía). Me ofrece su vieja calculadora para que yo mismo vaya marcando los precios; también se confunde (en su contra) al transcribir. Nos regala un pan tras el pago de 7 quesos con intenso olor a oveja y cabra, a cardos de cuajar que la señora lleva toda la vida recogiendo.

Es la Beira profunda, forjada por los años, los siglos, los milenios, los millones de años que conforman personas y paisajes de recia persistencia; iglesias medievales, tumbas antropomorfas, hornos comunales, curiosas cochiqueras, castillos altaneros que los templarios levantaron elevando aún más sus roquedos inmensos. Devoción, esfuerzo y precauciones. La lucha por la vida de los que llevan luchando toda su vida entera.

La señora de Monsanto es más locuaz que el señor de Penha García: nos recomienda que volvamos pronto, porque teme no estar una próxima vez si es que nos demoramos. Ya me lo había dicho en otras ocasiones. Pero no temo: el tiempo aquí se ha detenido por completo.

MOISÉS CAYETANO ROSADO

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