martes, 24 de septiembre de 2024

 DONDE LA CIUDAD CAMBIA SU NOMBRE

En 1957 Francisco Candel escribió un libro esclarecedor: “Donde la ciudad cambia su nombre”, al que seguirían otros similares, sobresaliendo “Els altres catalans”, de 1964. En ellos nos muestra con claridad asombrosa, sencilla y directa, lo que era la emigración de aquellos años, que llenó de andaluces, castellanos, extremeños, murcianos… los barrios periféricos de las grandes ciudades industriales.

Eran tiempos difíciles y situaciones dramáticas para la mayoría, asentados en chabolas, barracas, monobloques sin dotaciones urbanísticas para una población de origen rural empleada en los puestos más sufridos de la industria y los servicios. Estigmatizados en su mayoría como “turcos” en Alemania, “charnegos” en Cataluña, “maquetos” en el País Vasco. Regularizados unos; clandestinos otra parte, incluso dentro de nuestro propio país, al perseguir y expulsar a aquellos que no acreditaran vivienda y contrato de trabajo en los años cincuenta. Y fueron saliendo hacia adelante con mucho sacrificio y dificultades de adaptación a la nueva cultura suburbana.

Los hijos, criados en los suburbios de infraestructuras educativas, culturales, de ocio y expansión prácticamente inexistentes, conformaron una “segunda generación” que nació y/o creció en esas zonas marginales de macrociudades de la España periférica y grandes núcleos industriales de Europa occidental.

Intimé con unos y con otros en Barcelona, Bilbao, Madrid, París… Los mayores, obsesionados con el bienestar de su familia, aferrados a su duro trabajo de horario interminable. Los hijos, desubicados del contexto, sufriendo la añoranza de sus progenitores y el deseo de encontrar una garantía de futuro prometedor en un medio que a duras penas sentían como suyo, porque notaban un rechazo lacerante.

Este desgarro hizo que muchos no lograsen adaptarse a la conformidad de sus progenitores. Que formaran grupos marginales y sus barrios fuesen mirados con recelo. Lo que ahora, de manera multiplicada, es noticia en Suecia, Dinamarca, Francia, Alemania, con jóvenes hijos de emigrantes que forman bandas de difícil control, que llenan de temor a buena parte de la ciudadanía, envuelta en mensajes apocalípticos de corrientes de opinión y grupos políticos extremos de adhesión creciente, se vivió en los años setenta, ochenta y noventa del siglo XX. En los mismos lugares, por razones similares de ruptura generacional, choque cultural, frustraciones sociales.

¡Cómo no evocar lo que en aquellos años eran “temidos” barrios de absorción! No hablo ya del multirracial sureste del Bronx neoyorquino o Saint-Denis de París, sino de los míticos Camp de la Bota, La Perona, El Somorrostro o Baró i El Carmel de Barcelona, o San Blas, Palomeras, El Pozo del Tío Raimundo, Usera de Madrid, o Uretamendi, Artxanda, Otxarkoaga de Bilbao… Hablo de lo que fueron “barrios de aluvión”, zonas infradotadas de acogida de nuestra propia emigración interior.

Recordemos la película, casi documental, “Deprisa, deprisa”, dirigida por Carlos Saura en 1981. Abandono, marginalidad, delincuencia, drogadicción, violencia… ligado a esa “segunda generación”, cuyos padres llegaron a la prosperidad del desarrollismo industrial desde las zonas agrarias, rurales, tan depauperadas.

Eso es lo que ahora se “reedita” con las grandes migraciones de este primer cuarto del siglo XXI, procedentes del Magreb, del África subsahariana, de la Europa del Este, de los países Latinoamericanos. Lo que la expansión demográfica de esas zonas, sus conflictos y el ansia vital de un porvenir mejor empuja a grandes oleadas hacia “el paraíso europeo” en el que, sobre todo los hijos, la “segunda generación”, difícilmente logra adaptarse. Y se rebelan. Se marginalizan. Se enroscan en sus grupos de afines. Se hunden en su propia frustración y se radicalizan.

Recuerdo aquella frase de la novela “Jarrapellejos”, publicada por el médico y escritor de Villanueva de la Serena Felipe Trigo en 1914: “Se estaba aquí tan rematadamente daos al mesmísimo demóngano que na se perdiese por cambiá, manque hubiá de  sel en el infierno”. Y en eso puede convertirse su vida, su entorno: en un infierno. El reto está en ayudar a los potenciales emigrantes en su origen, y en proporcionar fórmulas de adaptación en las zonas de recepción, tanto para los contratados temporales (¡ese eufemismo de “circulares”!) e intermitentes como para los que se asientan de forma permanente, sin caer en los errores del pasado.

domingo, 22 de septiembre de 2024

 JUROMENHA ESENCIAL

A recuperação das muralhas abaluartadas de Juromenha está a ser exemplar. No entanto, o hornabeque situado a sudoeste não está contemplado nesta reabilitação que está prestes a terminar. Podemos vê-lo muito bem na imagem do Google, mas no terreno quase não se distingue, pois o referido hornabeque não está coberto de pedra e está repleto de vegetação que o esconde. Seria ideal que num futuro não muito longínquo pudéssemos concluir a “montagem” de toda esta maquinaria defensiva, uma das mais espectaculares do Raia-Raya luso-espanhola.


La recuperación de las murallas abaluartadas de Juromenha está siendo ejemplar. Sin embargo, el hornabeque situado en el suroeste no está contemplado en esta rehabilitación que está a punto de terminar. Podemos observarlo muy bien en la imagen de Google, pero sobre el terreno apenas se distingue, pues dicho hornabeque no está revestido de piedra y sí lleno de vegetación que lo oculta. Sería ideal que en un futuro no muy lejano pudiéramos tener completa la "puesta a punto" de toda esta maquinaria defensiva, una de las más espectaculares de la Raia-Raya luso-española.

jueves, 19 de septiembre de 2024

 25 DE ABRIL, 11 DE MARÇO E 25 DE NOVEMBRO

Quero dar brevemente a minha opinião relativamente à celebração do 25 de Novembro de 1974, muito reivindicado agora pelos partidos portugueses e sectores mais à direita, quando em  2025 comemora-se os 50 anos do confronto político-militar interno:

- Enquanto o 25 de Abril de 1974 foi um movimento militar vitorioso contra a ditadura, o colonialismo, as terríveis guerras coloniais que sangravam a juventude portuguesa e arruinavam a economia nacional, mergulhando o povo na miséria, o 25 de Novembro de 1975 foi um confronto entre diferentes concepções do social, militar e o desenvolvimento económico da nação, redireccionando a situação de um modelo revolucionário popular para um modelo social-democrata ocidental.

- Enquanto o 25 de Abril conduziu a uma gloriosa comunhão Povo-MFA, o 25 de Novembro significou uma ruptura entre aqueles que tornaram possível o triunfo anterior.

- Enquanto o 25 de Abril conta com o consenso das forças democráticas que perdura até hoje (e é mesmo actualmente criticado pelos grupos mais reaccionários da política nacional), o 25 de Novembro tem o desejo ardente da direita e da extrema-direita de o equiparar ao primeiro .

Mesmo os militares moderados foram marginalizados nos seus destinos e carreiras pelos mais complacentes.

Recordo que Salgueiro Maia já indicara nas suas memórias, escrevendo 10 anos depois do 25 de Abril (disponível em o livro Capitão de Abril. Edit. Âncora Editores, 3ª edic., 2014. Pág. 117):

Criticar os muitos que pagam o idealismo e a generosidade dos Capitães de Abril como o mesmo comportamento que caracterizou o regime nascido em 28 de Maio:

- a corrução;

- a incompetência;

- o compadrio;

- o circo do Poder.

E o General Pezarat Correia, também militar moderado, que foi durante o período mais poderoso da Reforma Agrária (Verão de 1975) Governador Militar da região do Alentejo, escreveu na Revista “Vértice” em 1990 (depois reproduzido em seu livro Questionar Abril, de 1994 (Edit. Circulo de Leitores, pág. 118): Tal como os seus companheiros civis da generação de sessenta que hoje, na sociedade portuguesa, militam nas fileiras da oposição, enquanto os tecnocratas que passaram aqueles anos escladantes sem se chamuscarem povoam os corredores do poder, também os “capitães de Abril” vêm sendo progressivamente marginalizados na instituição militar, quando não mesmo perseguidos e ofendidos, pagando um preço elevado por terem ousado questionar e abalar as estructuras dominantes.

De outro lado, porque é que há esta insistência em celebrar o 25 de Novembro de uma forma comparável ao 25 de Abril e porque é que ninguém reivindica a celebração do 11 de Março de 1975 como uma data gloriosa em que foi abatida uma tentativa de involução golpista liderada pelo general Spínola (e pelo seu homem de confiança, comandante Alpoim Galvão), de quem Salgueiro Maia diz que fiquei com a impressão de que quem comandava era o comandante Alpoim Galvão (escrito nas suas memórias publicadas no Capitão de Abril, pág. 112)?

Salgueiro Maia opôs-se a esse Golpe de Estado, chegando mesmo a censurar directamente Spínola por isso, escrevendo no Capitão de Abril (págs. 112-113): Falámos com o General Spínola, a quem esclareci que a situação era insustentável. Fiquei com a impressão de que o general Spínola estava desconhecedor de muitas informações.

E Spínola fugiu de helicóptero para Espanha, aterrando na base aérea militar de Talavera la Real (Badajoz), de onde se exilou! Aliás, Salgueiro Maia esteve envolvido num mal-entendido da extrema-esquerda, que o acusou de ser spinolista, promovendo uma campanha contra “o fascista Salgueiro Maia” que culmina com um cerco à minha casa, escreve ele próprio ( Capitão de Abril. Pág. 113).

Creio que se desejam comemorar o 50º aniversário do 25 de Novembro de 1975, mais motivo há para comemorar o 50º aniversário do 11 de Março de 1975.

 

Moisés Cayetano Rosado