sábado, 12 de mayo de 2012


OS PASTORINHOS DE FÁTIMA 


Por Moisés Cayetano Rosado

Me fascinan las apariciones marianas, el que la Virgen descienda -generalmente mostrándose entre las ramas de un árbol- y hable con un grupo de niños, normalmente pastores, que en lugar de estar en la escuela o jugando bajo la vigilancia de sus padres, contribuyen a la economía familiar cuidando ganado por las sierras, bajo el sol implacable o en medio de inmisericordes aguaceros.
Así, que en un lugar tan pobre y olvidado como la Serra de Aire, donde aún podemos contemplar fantásticas grutas calcáreas de formas caprichosas y gigantescas huellas de dinosaurios en sus “pedreiras”, tres “pastorinhos” de 10, 9 y 7 años de edad recibieran reiteradamente la visita de la Virgen desde mayo a octubre de 1917 -siempre en día 13, un número maléfico para los supersticiosos- resulta conmovedor.
Las fotos de la época, de fieles a riadas clamando por un milagro que resolviera sus problemas de salud y su indigencia…; esas miradas de desamparo, desgarro, sufrimiento…; esa chispa inquieta de esperanza; ese último asidero en medio del abandono secular de masas desfavorecidas por la diosa fortuna y por los poderosos, que decidieron siempre quedarse con la parte del león y a veces también con los despojos… me agitan en un escalofrío al contemplarlas.
¡Y qué poca exigencia a cambio de tanta gloria, de eterna salvación!: “não ofender mais a Nosso Senhor”, rezar “o terço sempre à Senhora do Rosário”, ser buenos y obedientes… Y ese regalo de los tres secretos: la visión terrorífica del infierno que espera a los pecadores; la necesaria conversión de los malvados, especialmente de Rusia y los impíos comunistas, y el tercero demorado en su explicación aún confusa: los sufrimientos de la Iglesia, del Papa, los males que amenaza al mundo por sus incurias… ¡Así cualquiera!
Todo ello, en medio de pequeños milagros -más al final el inquietante del baile del sol, como en un fin de fiestas- ofrecidos a las masas como prueba del poder infinito de la Virgen, en una época difícil en extremo para todos: con la sangrienta Gran Guerra Mundial en su furor, con el hambre arañando las entrañas de la gente, con el inicio de una epidemias mortíferas de gripe, más tifus, varicela y otras enfermedades: siempre la salvación del Cielo milagroso en épocas convulsas.
 Con un gobierno republicano en Portugal que defendía la laicización del Estado, la secularización de la sociedad, restringiendo las inmensas prerrogativas de la Iglesia Católica, urgía el mensaje redentor. ¡Ah!, y con unas organizaciones políticas y sindicales -¡emanadas del marxismo y el anarquismo!-, que promovían huelgas, motines y rebeliones contra el poder instituido.
¡Cuánta falta hacía al parecer un milagro para aquella gente inocente, privada de escuelas, de víveres, de futuro digno y de tranquilidad! Azotadas por el hambre, el miedo y la miseria, en sus pequeños pueblecitos olvidados de la sierra, la devoción mesiánica, redentora, les dio el impulso no solo para poder continuar viviendo sino para extender su esperanza -con la ayuda bien planificada de la Iglesia- por todos los rincones del mundo donde el desaliento acuna a los siempre más dañados por los que tienen las riendas del Poder. Un Poder que no sueltan, sea humano o celestial; para la inmensa mayoría, las promesas milagrosas, y ese sol bailando como si fuera un figurín de pase de revista.


aviagemdosargonautas.blogs.sapo.pt

2 comentarios:

  1. Já tinha lido e acrescentado om pequeno comentário sobre texto acima no blogue "aviagemdosargonautas".
    Um abraço do amigo
    Rui

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  2. O grande problema sobre Fátima, aqui em Estremoz, é que, quando falávamos aos idosos cá da região, incluindo o meu sogro, já falecido, vários diziam que "Fátima era para ter sido aqui em Estremoz, e que até tinham andado uns homens por cá {Estremoz]a procurar o melhor lugar...".
    Isto era dito com uma naturalidade desconcertante!!!

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