PATRIMONIO
ABALUARTADO MALTRATADO: EL CASO DE ARRONCHES
Moisés Cayetano
Rosado
Arronches, en el Alto Alentejo, es una
población que ofrece magníficas panorámicas al viajero. Conforme vamos
acercándonos se concretan en un conjunto armonioso de torres, caserío y ese
abrazo semicircular del río Caia, que le permite unas vegas fértiles, llenas de
verdor.
Sobrecoge su Iglesia Matriz, del siglo XVI, de
un gótico tardío y renacimiento inicial muy bien preservados. ¡Lástima que de
su castillo medieval, conformado tras anteriores actuaciones por D. Dinis en
1310, nos resten solamente las ruinas de una de sus torres!
Pero lo que me llama especialmente la atención
es el tratamiento para con su recinto abaluartado, que debió ser magnífico. Ya
Nicolau de Langres realizó un proyecto extraordinario a mediados del siglo
XVII, y tenemos un plano de Nicolas de Fer, de 1705, que nos muestra su
importancia: cinco baluartes y un gran reducto que protege la fortificación
medieval, más un extenso atrincheramiento al este (paralelo a la actual
carretera Campo Maior-Portalegre; el oeste queda salvaguardado por la depresión
excavada por el Caia.
Arronches fue punto clave en las distintas
guerras peninsulares, y así en julio de 1661 -durante la Guerra de Restauração-
sufrió la invasión de D. Juan de Austria, que en los tres años de ocupación
reforzó la fortificación medieval, si bien la explosión de su polvorín en 1663
la dañó considerablemente.
El 17 de junio de 1712 -con motivo de la Guerra
de Sucesión a la Corona de España- fue cercada por los castellanos, pero los
portugueses consiguieron vencerlos. Poco después, a causa del terremoto de
1755, los daños van a ser cuantiosos para la población, y para sus defensas
remodeladas.
El 29 de mayo de 1801, la invasión española a cargo de Godoy
destroza las defensas que con las guerras anteriores y los fenómenos naturales
adversos estaban ya bastante maltratadas.
Pero será el sostenido tiempo de paz que
seguirá a estas luchas, a lo largo de los siglos XIX y XX, quien actúe con
voracidad sobre la fortificación, absorbiéndola, colmatándola, reaprovechando
sus estructuras e incluso utilizando sus materiales para otras construcciones
de la más diversa índole.
Y así, hoy en día, excepto el trozo comprendido
entre el baluarte que alberga la Plaza de Toros, la cortina que sube hacia el
norte y el siguiente baluarte -expeditos en su exterior, ajardinado el conjunto
y abierto al uso público-, el resto ha quedado “hurtado” a la colectividad.
Hemos perdido las rondas interiores de la
fortificación, ocupadas fundamentalmente por el caserío, que se aprovecha de
las murallas para asentar sus traseras o patios en ellas: solo en el espacio
anteriormente nombrado es “paseable”, al recorrerlo un vial compatible para
vehículos y peatones. En muchos tramos, incluso se alzan las construcciones por
encima, sirviéndoles de cimentación para elevar una y dos alturas. En algún
caso, la garita de vigilancia parece una chimenea adosada a una vivienda que se
superpone en la esquina del baluarte.
En cuanto a los exteriores, los fosos han sido
ocupados por caserío que se sirve del amurallamiento como pared de fondo: se
salva el tramo anteriormente nombrado y algún otro en la cara norte, donde hay diversas
construcciones industriales y de servicios en semiabandono. El
“estrangulamiento” interior, exterior y por encima de las murallas es lo
predominante, siendo imposible contemplar buena parte del conjunto, que al
mismo tiempo presenta grandes mutilaciones, especialmente irreversibles en la
zona inmediata anterior al baluarte donde se ubica la Plaza de Toros.
No faltan las recurrentes aberturas en la
muralla -como hachazos- para pasos peatonales o roturas para viales.
Un ejemplo más de maltrato al patrimonio
fortificado (ver http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/2013/03/la-destrucciondel-patrimonio-historico.html),
aunque el esfuerzo por conservar, resaltar y dignificar lo que se mantiene, es
notorio. ¡Ojalá que el empeño continúe y se consiga poner en valor los tramos
que aún pueden rescatarse y restaurarse, empezando por eliminar edificaciones
ruinosas adosadas al exterior, infraviviendas, cercados sin uso que ocultan baluartes,
cortinas, fosos… y arbolado que obstaculiza la visión de los tramos expeditos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario