miércoles, 29 de marzo de 2017

¿GUERRA DE SEPARACIÓN, DE RESTAURACIÓN O DE SECESIÓN?
Moisés Cayetano Rosado
Visito de nuevo la remodelación del Baluarte de la Trinidad en Badajoz. Ese bodrio infamante que contraviene todo lo convenido desde la Carta de Atenas de 1931 hasta el Plan Nacional de Arquitectura Defensiva del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2015), pasando por documentos tan emblemáticos como la Carta de Venecia (1964) o la Carta de Nara (1994), y que haría removerse en su tumba al viajero Antonio Ponz, a tenor de lo que escribió en su Viaje de España (1784).
Me reafirmo en su feísmo, en el desacertado tratamiento de recuperación de un Patrimonio Histórico-Artístico, Cultural, donde se encuentran restos arqueológicos de la Cerca Vieja medieval, y se alza un baluarte del siglo XVII, con el nombre del convento que motivó ese trazado para preservarlo: el de la Trinidad, cuya cimentación debe estar ahí debajo, aunque no se ha tenido en cuenta en la reciente actuación de devastación y transfiguración.
Pero, en fin, ahora no quería llegar al sofoco que ya en otras ocasiones manifesté… Mas sí llamar la atención sobre una curiosa cartelería explicativa, donde nos ilustran sobre “La Cerca Vieja y la  Puerta Medieval de la Trinidad”.
Expuesto en español, portugués e inglés, nos hablan de que entre 1640 y 1668 se reforzó con algunos baluartes. Y aquí viene lo curioso: en la redacción española, a ese periodo lo llama la Guerra de Separación de Portugal (así exactamente en el cartel); en la inglesa the Portuguese Restoration (así exactamente), y el escrito en portugués a guerra de secessão (exactamente así en el cartel).

¡Qué cosa esto de las traducciones! Pero el caso es que en Portugal se le llama siempre Guerra de Restauração (¡y con mayúsculas!, que aquí han sido olvidadas, aunque en los otros dos idiomas no). Restaurção-Restoration, como respetan en la exposición en inglés. Y sí, los españoles procuramos, a veces, ponerle ese nombre de Separación… pero hacerle ese feo a nuestros hermanos portugueses en esta cartelería… Yo creo que ya que la desgracia del bodrio es difícilmente reparable, al menos que lo sea lo de la grafía del cartel, por rigor expresivo y comprensivo.

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