CONFESIÓN GENERAL Y ACTO
DE CONTRICIÓN DEL AYUNTAMIENTO DE BADAJOZ, O CÓMO HACERSE PERDONAR LOS
ATENTADOS AL PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO MONUMENTAL
El alcalde de Badajoz y su portavoz, con auriculares ante el vicepresidente de la Câmara Municipal de Elvas. Los picos de los baluartes les increpan: "¡Hay que aprender y comprender al portugués!" |
Por Moisés Cayetano Rosado
El
viernes pasado, como ya anuncié por este mismo medio, el Ayuntamiento de Badajoz
reunió a medio centenar de responsables municipales de localidades rayanas para
conseguir potenciar el atractivo turístico de las mismas en base a sus
fortificaciones.
Como dice un buen amigo mío, que es
uno de los mayores especialistas en fortificaciones que tenemos a todos los
niveles: Resulta que este “ganao”
quiere “liderar” ahora (2012) la preservación patrimonial de los sistemas
abaluartados fronterizos, siendo, como son, un perfecto modelo de destrucción y
de haber pasado ampliamente del tema en las tres últimas décadas. Y no se
cortan un pelo.
Aunque no ha trascendido, supongo que habrán
“recompuesto” previamente la Confesión
general del catecismo católico, antes de subir al escenario de las
inauguraciones. Y así, habrán dicho:
Yo pecador, me confieso a Dios todopoderoso
y a vosotros, hermanos,
pues pequé gravemente
con el pensamiento, palabra, obra y omisión…
y a vosotros, hermanos,
pues pequé gravemente
con el pensamiento, palabra, obra y omisión…
en cuanto a la preservación
del patrimonio histórico-artístico
monumental heredado.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi
grandísima culpa,
se encuentra y se transforma de modo
improcedente,
por lo que ruego mis pecados
me sean perdonados.
Pero ya se sabe: A Dios rogando y con el mazo dando.
Prosiguen con baluartes hechos una ruina temeraria; con caminos de ronda y
caminos cubiertos exteriores a las fortificaciones sin tratar; con el edificio
cúbico “parasitario” de la Facultad de Biblioteconomía -condenado
reiteradamente al derribo por todas las instancias judiciales- encajado en la
Alcazaba musulmana; con el proyecto de arrasar las edificaciones interiores del
Fuerte de San Cristóbal, rompiendo su “lectura histórica”; con el otro proyecto
de “ocupar” fosos del amurallamiento para implantar instalaciones deportivas y
aparcamientos en subsuelo...
Como los irredentos
pecadores, pensarán que rezando un Acto
de contrición (propongo firmemente
nunca más pecar), bastará para limpiarse de “pecados”; o sea: mañana
le abriremos -respondía-/ ¡para lo mismo responder mañana!, que
escribió Lope de Vega. ¡Ale!, nueva reunión, nueva “confesión general” y… como
en los tiempos gloriosos de Franco y Salazar: a reinterpretar el patrimonio,
inventando remodelaciones y poniendo excusas de “fuerzas mayores” (falta de
recursos económicos; nulo interés ciudadano por una restitución y uso de los
monumentos en vertiente cultural, pero sí furor por lo festivo y juerguístico,
etc.), para proceder atentando contra lo
que se dice defender.
Soy un fiel seguidor tuyo y totalmente ajeno a la politica, pero esta entrada del blo me parece de lo mas desastroso que has escrito. un saludo. jesus
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