viernes, 30 de noviembre de 2012


JOHNNY GUITAR
Por Moisés Cayetano Rosado
Anoche repusieron el TVE1 la película “Johnny Guitar”. ¿Cuántas veces he visto el film? ¿En cuántas ocasiones he oído su banda musical? Esta película de 1954 es de las que nunca envejecen y hay que volver a ella para recrearse en la calidad literaria de sus diálogos; en los hermosos primeros planos de sus personajes; en el sonido acompasado e insistente del trotar de los caballos -que constituyen uno de los aciertos más difíciles-; en su música inolvidable.
El argumento es simple, y podría resultar folletinesco en manos inexpertas. Pero el director, Nicholas Ray, sabe darle la vuelta para mostrarnos una película de amor y desamor en lo que sus cuatro personajes principales bordan la interpretación: Johnny Logan -luego Guitar-, el pistolero legendario que quiere encauzar su vida pacíficamente como guitarrista; Vienna, la dueña del cabaret que ha luchado duramente para labrarse un porvenir próspero; Emma Small, la rica ganadera, frustrada y llena de odio por un amor no correspondido, pues Scott se decanta por Vienna (la que a su vez sigue enamorada de Johnny, viejo conocido y ahora a su servicio), y Scott Brady, buscador de oro, que crea involuntariamente el conflicto entre las dos mujeres.
Pienso que lo más meritorio es la armonía entre todos los recursos que se exhiben. La tensión contenida en el cabaret. El movimiento de los personajes en las escenas interiores; en las partidas a caballo, presionadas  bajo la frustración y el odio de Emma, cuyos ojos son chispas de furor. Las correrías nocturnas en busca de venganza. La desenvoltura firme de Vienna, cuyos gestos de reto y de desplante nos llevan del cine al drama de teatro. La infantilizada actitud indecisa de Johnny. Los celos engallados de Scott. Y esa música de fondo, tan suave, tan envolvente, tan nostálgica, de Víctor Young, elegante como pocas, emotiva en extremo.
Los demás intervinientes: ayudantes de Vienna, gente del pueblo manipulados por la ira de Emma, compañeros de fortuna de Scott, con sus ambiciones, lealtades y traiciones… son un elenco coral muy acertadamente puesto en escena. Y le  dan ese matiz de western que queda en el conjunto en un plano secundario, pero que contribuye eficazmente al atractivo total esta película, que es un gozo volver a repasar.

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