El Patrimonio abaluartado de La Raya
Moisés Cayetano Rosado
Cuando estudiamos en los libros de arte -no solo de bachillerato sino también de la Universidad: en Geografía e Historia, Historia del Arte, Humanidades… el patrimonio monumental, son muchas las páginas, las referencias, catalogaciones, estudios de la arquitectura religiosa y civil. Especialmente de la primera: iglesias, catedrales, conventos, monasterios…; aunque también de la segunda: palacios, casas señoriales y de recreo… Sin embargo, pocos se detienen en la arquitectura militar, aunque, por lo que a la Edad Media se refiere, los castillos y alcazabas suelen estar suficientemente representados.
¿Qué falta, entonces? Sobre todo, la presencia de construcciones defensivas de la Edad Moderna, cuya modalidad abaluartada (con salientes pentagonales en los ángulos, muros inclinados hacia adentro y elementos defensivos exteriores de refuerzo y obstaculización de la creciente ofensiva pirobalística) comenzó a levantarse en Italia y Holanda en el siglo XVI, adquiriendo amplia difusión en Francia, España y Portugal en los siglos XVII, XVIII y XIX, dadas sus guerras frecuentes entre ellos. De ahí se exportaría a Latinoamérica, donde los asaltos de piratas, corsarios y bucaneros cada vez eran más potentes en las zonas portuarias de embarque de productos (fundamentalmente oro y plata) hacia la Península ibérica.
Muchas de estas construcciones prodigiosas, de una belleza extraordinaria y una concepción de alta ingeniería defensiva, han sido calificadas como Patrimonio de la Humanidad, principalmente en América. En Europa, la última en obtener la preciada calificación ha sido un conjunto de doce fortalezas francesas diseñadas por Vauban, que se alzaron con el galardón en 2008.
Nosotros, en la frontera hispano-portuguesa, tenemos en la Lista Indicativa de la UNESCO (organismo que concede la distinción) también un rosario de construcciones abaluartadas que este mismo año podrían someterse al veredicto del organismo mundial. Encabezan la aspiración las fortificaciones de Elvas: el recinto que rodea el casco antiguo, sus dos fuertes y dos fortines principales; el esfuerzo de rehabilitación y reutilización que su municipio está haciendo es encomiable, a pesar de la “espina” que aún tiene clavada: la restauración del Forte da Graça.
A ella se unen principalmente por la parte portuguesa: Valença do Minho, al norte, con su doble fortificación encadenada, frente a Tuy, ya felizmente restaurada al completo (y no olvidemos su cercana Monção, entre otras). Almeida, al centro, frente a Ciudad Rodrigo, igualmente acabada de restaurar. Y más al sur Marvão (con el valioso recinto abaluartado cercano de Castelo de Vide, y más abajo Estremoz, entre otros), que ya intentó sin éxito una calificación individual por su conjunto monumental. Juromenha y Monsaraz, fundamentalmente, completan al sur el conjunto.
Por parte española (aparte de algunos recintos valiosos en el norte, como Salvador do Miño), destacan: Ciudad Rodrigo, la decana de las gestoras en la calificación mundial, que también cumplió con sus deberes de poner al día el patrimonio monumental abaluartado que posee: amplio y bien preservado (el cercano conjunto del Fuerte de la Concepción está iniciando la recuperación). Badajoz, la más retrasada en sacar el valor de sus conjuntos, aunque ya está despejando en lo posible las murallas y fosos de obstáculos arbóreos impropios, restaurado el gran Revellín de San Roque, y tiene en proyecto la rehabilitación del portentoso Fuerte de San Cristóbal. Más arriba, Valencia de Alcántara, entre otros, trata de salvaguardar también sus abaluartados. Y un poco más abajo Olivenza, que también culminó la puesta en valor, aunque con una actuación de dudosa validez histórico-artística en apertura de lienzos de muralla para abrir paso al exterior.
Para apoyar esta candidatura a la obtención de la calificación, aparte
del esfuerzo de cada uno de los lugares por separado y otras veces en
unión, toda ayuda es importante. Y una de las últimas acciones ha sido
la creación en este mes de enero de un Grupo abierto en facebook
(“Fortificaciones abaluartadas de la Raya a Patrimonio Mundial”: www.facebook.com/groups/209753179118352/) que
cada día tiene más asociados y participantes, y donde se puede ver,
estudiar y disfrutar el valioso patrimonio que aspira al codiciado
galardón de la UNESCO.
Ojalá que su consecución nos ponga en el lugar que nos corresponde por
nuestra importancia histórica, artística, monumental y patrimonial. Y
que los libros de arte (y las guías de turistas) se hagan eco de
semejante tesoro arquitectónico.
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