miércoles, 5 de septiembre de 2012


Morreu o "Capitão de Abril" Augusto Monteiro Valente

Por Moisés Cayetano Rosado
Siempre me llama la atención Almeida, por la cuidadosa atención para con su patrimonio artístico monumental, uno de los mejores y más cuidados de la Península ibérica. Y por su eficaz actividad cultural, en la que no escatiman tampoco sacrificios.
Esta vez, al ir a participar en su Seminario Internacional y Conmemoraciones del Cerco de las Guerras Napoleónicas, me llevé la sorpresa de la instalación, reciente, del “Memorial 25 de Abril”. Una obra recia, escalonada en granito de firmes barras horizontales que ascienden apoyándose entre sí, concebida con fortuna por el arquitecto João Campos -inquieto director del Seminario- y esculpida por João Antero, colocada delante de las Portas de S. Francisco, que dan acceso al interior de la fortificación abaluartada.
Memorial do 25 de Abril. Almeida.
Manifesté a mis acompañantes mi admiración por la Revolução dos Cravos y por los Capitães de Abril y uno de mis compañeros de Seminario -y ya amigo- José Luis Lima García, me dijo: “Pues nos acompaña uno de esos Capitães: el general en la reserva Augusto Monteiro Valente”. Para mí fue una agradable sorpresa saber que había estado cambiando impresiones históricas y artísticas con uno de aquellos militares, con uno de los jóvenes capitanes que se rebelaron contra la dictadura exponiendo no solo su brillante porvenir profesional, sino su libertad, su vida, que entonces no pasaba de los treinta años.
Monteiro Valente consiguió alzar la  guarnición de Guarda y ocupar la frontera en Vilar Formoso, arriesgándolo todo, como tantos de aquellos jóvenes militares que supieron priorizar la democracia, la justicia y la libertad por encima de la obediencia ciega y el acomodo a una situación en la que ellos, los jóvenes oficiales del ejército portugués, tenían asegurado el mando, la autoridad, los privilegios.
Era, como tantos de estos, además de un hombre de acción, un humanista, una persona culta, un inquieto estudioso, investigador, titulado universitario en su materia militar y en historia, que hasta el final de su vida supo cultivar, aumentando saberes y compartiendo conocimientos en intervenciones eruditas en foros y revistas.
Era, digo, porque a pocos días de volver de Almeida, recibo la noticia de su muerte. José Luis García me lo comunica y lo leo, incrédulo, en los periódicos.
Aquel militar moderado en los tiempos convulsos del “verão quente del 75”, progresista, conciliador y a la vez inconformista con el neoliberalismo insolidario que nos está envolviendo, ha fallecido en su domicilio de Coimbra, donde era tan querido. Y nos deja a todos nostálgicos, dolidos, heridos por una noticia que nadie se esperaba.
Joven aún -joven siempre, pues a los 30 años asumió la responsabilidad histórica de la Revolução-, con 68 años, nos deja un poco más huérfanos como en cada ocasión que muere un hombre de bien, notable, decisivo.
Visita al Castelo de Sabugal.
Me quedo, ahora, con esa imagen suya en la visita a Sabugal -con sombrero y gafas de sol, siguiendo sereno las explicaciones eruditas del guía-, el 24 de agosto, en una de las sesiones del Seminario de Almeida en que lo conocí, y donde pensaba verlo el año 2013 para hablar con él de los entresijos de esa Revolução que tanto me apasiona, de la que tanto he escrito y de la que pensaba ahora escribir algo nuevo contando con su ayuda. Ayuda que no será posible porque el destino nos lo arrebató. ¡Gloria a su nombre de revolucionario, joven eternamente y en la memoria para siempre!


2 comentarios:

  1. Obrigado, meu amigo Duran Clemente. Sabes cuánto admiro tu valiente actuación como Capitão de Abril durante tudo o processo revolucionario.

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