GALERÍAS
PORTICADAS: GRANDIOSA APORTACIÓN CASTELLANA AL ROMÁNICO INTERNACIONAL
Moisés
Cayetano Rosado
RECONQUISTA Y OTORGAMIENTO
DE PRIVILEGIOS.
Fijar
población, repoblar, establecer una “marca”, era crucial para los reinos
cristianos en su avance hacia el sur. Ganar
terreno a los musulmanes convirtiendo grandes espacios en “tierra de nadie” no
resultaba estratégicamente aconsejable, pues conducía a la provisionalidad y a
la pérdida de lo conseguido con tanto esfuerzo humano y material. De ahí que a
los pobladores que constituían las “avanzadas estables” en los territorios
recién incorporados se les incentivara con privilegios, fueros, exenciones, que
les otorgaban cierto poder e independencia dentro del esquema piramidal de la
sociedad medieval.
La
“línea del Duero”, con el hostigamiento de los almorávides en el siglo XI y los
almohades en el XII, desempeñó un papel crucial en la Reconquista,
por lo que los cristianos asentados en sus puntos estratégicos disfrutarían del
favor real, cierto autogobierno, gestión autónoma de recursos, libertad de
transacciones comerciales, etc. Y ello llevaba consigo la reunión de los
ciudadanos en espacios comunes, lugares de encuentros sociales, cívico,
jurídicos, económicos, etc.
Nada
mejor que el amparo de la iglesia, en una sociedad tan apegada a lo religioso,
para celebrar estas actividades. La vecindad de sus muros. De ahí la construcción anexa de galerías porticadas en uno de sus
laterales (o más de uno), que les sirviera como lugar de encuentro. Y así nace
este modelo constructivo excepcional que tendrá sus ejemplos más abundantes y significativos en
Segovia y Soria (“cabeza de Extremadura”: ¿“Extra Duriam”?, “más allá del
Duero”).
LAS GALERÍAS PORTICADAS.
En Segovia perduran en la actualidad 36
galerías porticadas de la época (románicas) y 8 más con indicios. En Soria, 21,
más otras 2 con indicios. Tras ellas tenemos a Guadalajara, con 12 e indicios
en otras 2; Burgos, 8; Ávila, 1; La Rioja, 1; Álava, 1, y restos de otra en
Palencia.
Las galerías porticadas suelen estar adosadas al muro sur de la iglesia, tienen techo de un agua hacia fuera, quedando
delimitado el espacio resguardado por arquerías
con columnas (primero simples y alternando con pilares, después
generalmente pareadas; de fuste corto y grueso en las primitivas, y más airoso
después; con toscos capiteles y basas en las iniciales, que se van estilizando
con el tiempo); pódium corrido, y cornisa sustentada en canecillos,
frecuentemente esculpidos (como los capiteles) con motivos historiados,
figurativos, geométricos, florales, etc. con finalidad didáctico-religiosa.
EJEMPLOS NOTABLES.
El
primero de los templos románicos a que se adosa galería porticada -a finales
del siglo XI- sería el de San Miguel, en San Esteban de Gormaz (Soria).
Su primitivismo nos recuerda al prerrománico e incluso los templos romanos
arcaicos, pero la armonía de sus siete arcos (siendo el central el de entrada),
los bien trabajados capiteles y canecillos, así como la situación en alto del
conjunto, le dan una extraordinaria vistosidad y mérito artístico.
En
segundo lugar tendríamos la galería de El Salvador, en Sepúlveda (Segovia),
decana de las iglesias románicas al sur del Duero. Ya se
nota una progresiva estilización: ocho arcos de medio punto más amplios, de
columna con fuste airoso a cada dos y separación de las parejas por amplio
pilar.
En
Segovia ciudad es donde más galerías porticadas se atesoran: nueve en total,
destacando la de la Iglesia de San Martín, que tiene galerías (de comienzos del
siglo XIII) en todos sus lados menos en el ábside, lo que la convierte en un
caso especial y único, entre los conservados.
De cualquier forma, en origen también otras ostentaban galerías en tres de sus
cuatro lados, como ocurría con la de San Miguel Arcángel, del pueblo soriano
Andaluz; hoy día solo conserva las arcadas del muro sur (ocho arcos de
medio punto, seis a un lado y dos al otro del vano de entrada, alternando las
columnas sencillas con las de fuste cuádruple) y un par de arcos en el tramo
occidental. Aunque del siglo XIII, su estructura arcaizante se asemeja a la
primera enumerada, de San Esteban de Gormaz.
Y muy cerca de las anteriores se encuentra la
que a mi parecer es la más deliciosa de
todas, armónica con el propio templo, también un ejemplar románico
magnífico, recientemente restaurado, tras haber sido condenado al olvido, la
decadencia y mal uso, con añadidos, como el emparedamiento a cal y canto de los
vanos. Se trata de la ermita de Nuestra
Señora de la Asunción, en las cercanías del pueblecito de Duratón (Segovia).
La arquería de principios de siglo XIII, con seis arcos a un lado y cuatro al
otro de la puerta -de arco polilobulado en la arquivolta interior de su
abocinamiento-, es una delicia. Y los altorrelieves historiados y figurativos de
canecillos y capiteles, de una altísima calidad.
Por cierto que, hablando de rehabilitaciones, me
llama la atención la única iglesia
románica porticada de la provincia de Ávila: San Martín, en Arévalo. Tiene
diez arcos en su pórtico sur: seis y cuatro a ambos lados de la puerta de
entrada, sostenido su arco por gruesos pilares (ligeramente mayor que los
demás, que se alzan sobre columnas geminadas con capiteles historiados). Su muro norte presenta una rehabilitación
cuando menos sorprendente: una especie de visera sobrevuela la puerta de
entrada, que se prolonga en otro tramo más en que sobre su fondo blanco está
grabado el nombre de la iglesia y la leyenda “Espacio Cultural” (puesto que a ello
se dedica en la actualidad), y a continuación un cuerpo cerrado alicatado con
plaquetas de mármol blanco.
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD.
Tras ver la rehabilitación en las anteriores y
otras muchas más, este tipo de actuación se me hace completamente
incomprensible. Pero, en definitiva, el conjunto bien merece una visita
detenida, el placer de contemplar una
red de galerías porticadas que definen muy bien una época (la compleja
repoblación en la “línea caliente” de la Reconquista), un modelo social (con capacidad de reunión, discusión y decisión
colectiva) y una solución arquitectónica
para los usos religiosos y civiles de gran valor artístico, siendo un testimonio único, de valor universal.
Conseguida la rehabilitación general con bastantes
dosis de autenticidad e integridad, bien podría optar a la Declaración de Patrimonio de la Humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario