viernes, 27 de enero de 2012

¡AQUELLOS IMPONENTES PROFESORES DE ENTONCES!

    
        Estos profesores del Instituto Provincial de Badajoz, de finales del siglo XIX, nos imponen un poco, con su rigurosa indumentaria, tal vez incluso con su altivez y su distancia.
          ¿Se imaginan a los chicos de la ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria) de hoy en día subiéndoseles a las barbas; entrando como elefantes en una cacharrería por las puertas del Centro, en las clases...; corriendo por los pasillos; contestando displicentemente a una rigurosas observación?
        Con su sabiduría aplastante podrían aniquilar cualquier intento de subversión del orden en sus mismos inicios. ¡Ay!, si volvieran a las aulas hoy...

        Aunque tal vez las apariciencias  y la evocación de "aquellos tiempos"  nos engañen.
        A este respecto, los Recuerdos de niñez y mocedad de Miguel de Unamuno dejan en entredicho las sospechas. Reproduzco un artículo que publiqué hace unos años sobre el tema, que pueden servir de alguna aclaración:


LA CARGA DEL DOCENTE
Periódico EXTREMADURA
Moisés Cayetano 24/03/2005
Hay una queja generalizada entre los enseñantes: a los chicos cada día resulta más difícil hacerlos
estudiar e incluso mantener en las aulas una mínima disciplina. Cierto que con los tiempos cambian
los comportamientos colectivos. Y estos tiempos son de groserías en debates televisivos;
holgazanería en concursos; ejemplos mezquinos en políticos, empresarios y otros líderes ;
exaltación de lo ruin.
Pero el derrotismo docente ha sido una constante. Miguel de Unamuno escribía en 1908 sus
Recuerdos de niñez y mocedad ; libro delicioso que recomiendo: Aún me parece oír --escribe-- al
excelente don Manuel , el físico, gritarnos: ¡Esto da grima! ¿me están ustedes matando? ¿Ustedes
quieren que el catedrático muera? Y nosotros a coro: ¡Sí, sí! . Más adelante relata: Si el
experimento era de óptica se cerraban las ventanas, y ¡allí era Troya! Los gritos, las patadas,
hacían que don Manuel, indignado, renunciara al experimento . Para concluir: ¡Me están ustedes
matando! , cuando estábamos dándole la vida.
Don Miguel dio en la clave. Siempre han sido así los jóvenes: espontáneos, alegres, un poco
gamberros ... Refrescantes en el fondo para el profesor. Renovación de vida aunque parezca que la
quitan.

        Y hay que reconocer que, cuando se está "en el fregado", ¡bien parece que la quitan!

1 comentario:

  1. Joaquín León Cáceres28 de enero de 2012, 12:30

    Moises, haces a todo. Estas entrando con fuerza en las nuevas tecnologías. Joaquín León.

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