LA POUSADA “COLUMNADA Y VIDRIADA” DE MONSANTO
Moisés Cayetano Rosado
Resulta
un poco fatigante tener que estar continuamente denunciando las anomalías y
atentados que se cometen en el patrimonio histórico-artístico-monumental de
nuestros mejores enclaves. Una muestra de esa recurrente llamada de atención
puede ser vista en los siguientes enlaces:
Ahora
vuelvo de un viaje más a esa joya del legado arquitectónico y natural
extraordinario que es Monsanto, a aldeia mais portuguesa de Portugal, de la que ya he tratado con admiración en este mismo blog (http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/2013/12/de-monsanto-castelo-novodiamantes-en.html).
Contemplo de nuevo el armónico
conjunto de casas de granito (donde a veces los cimientos son una parte de ese
mismo inselberg en que se asienta), subiendo ladera arriba hasta casi el
picacho en que está su castillo. Gran cantidad de paredes del caserío son esa misma
roca erosionado del morro original. Y hasta algunas viviendas tienen como techo
enormes pedruscos del mismo material, e incluso a una la llaman a casa de
uma só telha, pues está coronada y protegida por un enorme bolo granítico,
tan grande como ella.
El callejero es sinuoso, siguiendo
las curvas de nivel y obligado por la disposición de rocas gigantescas. Mirado
desde arriba, todo es granito natural o tallado en sillares, sillarejos;
cubiertas de teja árabe a dos aguas y portalones de madera…
Pero ahí tenemos la nota
disonante: el Hotel Pousada, con su fachada pétrea a juego, remarcados los
bordes de cada pieza, que dan la sensación de pulidas a conciencia para que
podamos pasar por ellas la lengua; muchos ventanales acristalados, un piso
saliente aterrazado, con columnas pintadas de amarillo, cornisa de blanco e
interior de enormes cristaleras. Sobresale en un “tercer escalón” el cuerpo
cúbico -todo cristal encintado- del ascensor, dispuesto al exterior supongo que
para que el cliente al subir y bajar admire el valle extenso, proterozoico, de
los alrededores, vibrante de verdor, “sembrado” de pueblecitos apacibles y con
la Serra da Estrela al noroeste.
¿Cómo es posible concebir,
diseñar, aprobar, construir, e incluso puede que enorgullecerse de esta
disposición de un elemento hostil, tan disonante en el paisaje urbano de uno de
los pueblos más armónicos y preservados de toda la Península? ¿Por qué un
borrón tan destacado en medio de una “escritura” tan bien rotulada, armonizada,
por la naturaleza y por el hombre a lo largo de los siglos?
Ya sé: en tantos lugares existe
esta desarmonía -y muchos la celebran y jalean-, que… ¡no podemos quedarnos
atrás, sin arrimarnos a la corriente del progreso! Pero, ¿por qué no han dejado
a Monsanto, aldea inmaculada, mais portuguesa que ninguna, al margen de
esta escisión, que rompe y corrompe la integridad, excepcionalidad y autenticidad
atesorada durante tanto tiempo?
Moises estoy de acuerdo con el contenido de tu entrada, no obstante te recomiendo que busques imágenes de la intervención del arquitecto Souto Moura en la Pousada de
ResponderEliminarSanta Maria de Bouro, creo que es un ejemplo a seguir en la recuperación de monumentos y la integración en un edificio existente de una arquitectura nueva para su recuperación.
Un abrazo
Muchas gracias, Jorge; tu opinión autorizada siempre es para mí muy importante. Haré la búsqueda que me dices. Un abrazo.
ResponderEliminarMoisés.