LLAMADA A LA
ORACIÓN EN LA PLAZA DE DJEMAA EL FNA DE MARRAKECH
Moisés Cayetano Rosado
En el bullicio del mediodía, escuchamos la llamada a
la oración desde las mezquitas de la Plaza de Djemaa El Fna, en Marrakech.
Plaza calificada por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e
Intangible de la Humanidad (2001) y Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad (2008).
Lo aconsejable es asistir a cada momento de las
llamadas. De las cinco del día, porque cada una ofrece un panorama diferente de
esta plaza donde se van dando cita los más variados personajes.
En la mañana temprano casi todo es vacío,
tranquilidad, preparación para lo que enseguida se avecina. Ir y venir de
proveedores con sus carros de mano, o tirados por burros, mulas, y también a
motor; de furgonetas que recogen turistas en las cercanías, para visitas
interiores y salidas a los hermosos pueblos, valles, costas, montañas a medio
recorrido.
Ya aproximándose el mediodía trompetean los
encantadores de serpientes; deambulan los aguadores; se instalan las mujeres
que ofrecen realizar tatuajes con henna bellísimos para las manos y las piernas; asientan sus
mercancías los vendedores de todo lo vendible; abren los puestos de frutas
frescas armoniosamente colocadas en torres coloridas, de dátiles, higos, dulces de miel, almendra y sésamo…
Se forman los primeros corros, se gritan todo tipo de mensajes por los
predicadores callejeros, por los adivinadores del porvenir. Cantan los ciegos.
Nos sonríen vendedores políglotas desde los puestos de los alrededores, que dan paso al gran zoco desparramado por innumerables callejuelas…
Comemos en los múltiples restaurantes de los
alrededores la deliciosa harira, los cuscús humeantes, los tajines de patatas y carne de cordero,
las brochetas bien condimentadas…
Tomamos el té con hierbabuena,
caliente, humeante. Y mientras, la voz del almuecín de nuevo. Y los
contorsionistas increíbles que se suman al gentío. Vendedores de todo tipo de
lociones, de pociones, de remedios más que milagrosos, acreditados por
cartelones de fotos a colores que prueban la veracidad de sus remedios
salvadores.
Por la tarde, la llamada se mezcla aún con más
gentío, con mayor vocerío, con más virtuosismo en los músicos que forman
nutridos corros a su alrededor. Con el humo vertical que sale de los puestos de
comidas que se levantan en el corazón de la explanada y donde los camareros te
ofrecen “lo mejor y más barato” en sus puestos de largas mesas corridas.
Danzarines. Echadores de suerte. Paseantes en bicicleta, en motos, sorteando a
peatones con una habilidad circense. Apenas ya se cabe en el recinto tan
extenso.
Y en la noche, la última llamada de oración nos
cogerá con el mismo bullicio, con todo el gentío aún deseoso de participar en
el enorme griterío, en el milagro de las pócimas, en el ritmo de los guembris, rabeles, dulzainas, qraqeb, tam tam…, asistiendo al cierre de tiendas en los
alrededores, al último bocado en los tenderetes, a la compra final, al
intercambio de mensajes y consejos, de saludos y buenos deseos para ir
preparando un nuevo día.
Renovación continua en una plaza detenida en el
tiempo, que engancha, invita a repetir. Voz de almuédano que sobrecoge, bronca
y firme; no con la suavidad de terciopelo de las mezquitas de ensueño de
Estambul, que este verano me extasiaron una vez más, sino con la reciedumbre
del bereber sufrido que puebla estos espacios (¡a cuál más seductora!).
Espacios que desde Marrakech se ofrecen al Mundo
como un regalo de valor incalculable e intangible. Como el justo Patrimonio
Oral e Inmaterial de la Humanidad que es.
Mi resistencia a visitar Marruecos comienza a "derrumbarse" por momentos. Gracias por la información.
ResponderEliminarAmigo Moisés disfrutad vosotros que podeis porque a los que nos quedan años para jubilarnos veremos si cobramos las pensiones. Por lo visto en el año 2011 se cogió cerca del 90% del Fondo de pensiones para comprar deuda del estado.
ResponderEliminarhttp://online.wsj.com/article/SB10001424127887323374504578217384062120520.html?KEYWORDS=spain+pensions
Saludos y que disfrutéis mucho.
Precioso relato de viajero (no de turista), preciosas vivencias y experiencias de un pais y una cultura sin igual. Lo vivimos por vuestras palabras y lo vemos en vuestras fotografías.
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