Periódico HOY. OPINIÓN.
35 ANIVERSARIO DEL “I CONGRESO DE EMIGRANTES
EXTREMEÑOS”
Moisés
Cayetano Rosado
Del 25 al
28 de agosto de 1978 celebrábamos el “I Congreso de Emigrantes Extremeños”. Las
sesiones tuvieron lugar en la Universidad Laboral de Cáceres; la clausura, el
último día, en el Colegio Oficial de Médicos de Badajoz.
Nos costó
“sangre, sudor y lágrimas” sacar adelante este encuentro, con un movimiento
asociativo muy dividido. Por una parte, la mayoría de los Hogares y Casas
Regionales, de tendencia básicamente conservadora, y de otra parte nuevos
grupos contestatarios, ligados muchos de ellos a un compromiso político
militante.
Ya el 4
de marzo publicamos en el suplemento “Seis y Siete”, del diario regional HOY,
una encuesta a la que respondieron muchos de ellos, tradicionales y nuevos, que
-a pesar de sus diferencias- convenían en la necesidad de organizar un
Congreso. Objetivos: evaluar especialmente la emigración masiva de los años
sesenta; dar a conocer el movimiento asociativo en los lugares de asentamiento;
presentar las principales reivindicaciones de los colectivos de emigrantes ante
las nuevas autoridades democráticas estatales y regionales; diseñar actuaciones
conjuntas para potenciar el asociacionismo exterior y la interacción con
Extremadura y sus instituciones.
Intentos
anteriores no habían dado fruto, por dificultades organizativas y económicas.
Ahora, un reducidísimo grupo de personas, insistimos de nuevo. Las páginas del
periódico HOY -la herramienta informativa más potente de Extremadura- fueron cruciales
para el éxito; sacamos artículos animando a la participación, exponiendo
objetivos, así como la importancia del fenómeno migratorio para Extremadura cada
dos o tres días desde mayo a agosto. Celebramos actos informativos en distintos
lugares de recepción de emigrantes y poblaciones de la región. Acudimos a programas
de radio, televisión, ruedas de prensa de carácter regional y estatal…
La
petición de ayuda a las Cajas de Ahorro regionales (de Badajoz, Cáceres y
Plasencia) fue bien acogida, y sus subvenciones, junto a otras menores,
cubrieron los gastos organizativos de un Congreso donde nadie cobró nada.
La
presencia de asociaciones y grupos de emigrantes, representantes políticos,
sindicales, estudiosos de la materia, medios de comunicación, fue nutrida. Sin
faltar la polémica, desde todas las ideologías se debatió y se establecieron
importantes conclusiones sobre la sangría del proceso, la pérdida de capital
humano y la necesidad de potenciar el desarrollo de recursos económicos y
formativos para evitar una mayor sangría poblacional y facilitar el retorno de
los que lo desearan.
Se pidió
la creación de una Secretaría de Emigración en la Junta de Extremadura;
potenciar la unión de las fuerzas asociativas de emigrantes extremeños;
arbitrar ayudas crediticias, tributarias, de adquisición de viviendas, etc.
para emigrantes retornados y sus hijos; establecer un plan de urgencia para
Extremadura y su desarrollo socioeconómico, comprometiendo a ello al Gobierno
Central, Junta Regional, Cajas de Ahorro y otras entidades financieras, organizaciones
políticas, sindicales y empresariales, asociaciones de emigrantes, etc. También
se reivindicó la sistematización de estos congresos de emigrantes, para seguir
profundizaron en el conocimiento de la problemática, ayuda a los emigrantes y
sus asociaciones, impulso del retorno, etc.
Efectivamente,
habría en años posteriores un segundo y un tercer congresos, impulsados por la
Junta de Extremadura, que creó en su seno una Consejería de Emigración y Acción
Social (luego Dirección General de Emigración; después Consejo de Comunidades
en el Exterior). Se promovió el movimiento asociativo en los lugares de emigración,
que creció exponencialmente, formándose potentes federaciones regionales y
coordinación general. Se legislaron ayudas para estas organizaciones, así como
para retornados e hijos. Se institucionalizó la presencia de representantes de
los emigrantes en el Consejo de Comunidades en Extremadura, y la presencia de
la Junta en los lugares de emigración por medio de Centros de Orientación y
otros…
Pero ha
llegado el cambio, la crisis… el olvido y la desatención. En estos 35 años
mucho se ha avanzado en el conocimiento del proceso migratorio, causas y
consecuencias; en el entramado asociativo y federativo de los emigrantes; en la
ayuda al retorno espontáneo y programado; en los intercambios y contactos. Pero
mucho también ha ido cayendo en el olvido, en el desánimo y en las
incomprensiones. Nuevamente hace falta un revulsivo que ponga toda la
maquinaria a funcionar, porque fuera de Extremadura sigue residiendo un 40% de
los nacidos dentro y es un capital humano que merece atención y colaboración,
al tiempo que puedan ayudar desde donde residen en el desenvolvimiento de la
región.
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