LA INTENSA LUCHA
DE LA MUJER RURAL ALENTEJANA – por Moisés Cayetano Rosado
Quiero
hablar, en la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres Rurales,
de A
Memória das Mulheres. Montemor-o-Novo em tempos de ditadura. Uno de
esos libros que se leen con emoción, sobrecogidos por lo que allí se relata,
lleno el lector de rabia por lo que de cruel puede tener una dictadura, pero también
repleto de esperanzas viendo como hay seres humanos que en los peores momentos
y las más duras circunstancias mantienen la lucha por la justicia, por la libertad,
por el bien común y la solidaridad.
La
historiadora Teresa Fonseca -con la colaboración técnica de Elvira Cabrela
y la de dos de las protagonistas del libro, Maria Margarida Machado y Vitalina Roque
Sofio- entrevista a 24 mujeres nacidas entre 1921 y 1956, ofreciendo a través
de ellas una historia social de los tres-cuatro decenios anteriores a la
implantación de la
democracia en las tierras de Alentejo, y dando voz a los más olvidados de
todos los procesos de la historia: las mujeres sencillas, trabajadoras,
luchadoras,de la base del pueblo concienciado.
Tras
una breve presentación espacio-temporal de la problemática que se aborda, en
las 116 páginas del libro (más 14 de fotos y cartas sublimes de protagonistas
del momento), publicado por la editorial lisboeta Colibrí, van apareciendo una
tras otra las 24 mujeres entrevistadas. Entre 4 y 5 páginas de media ocupa cada
una de ellas, relatando su testimonio a modo de autobiografía, de manera
sencilla, directa, descriptiva, sin apenas concesiones a las apreciaciones
subjetivas y sentimentales.
El
testimonio es claro y aparentemente distanciado, pero ¡cuánta fuerza contiene!
¡Cuánto dolor y sacrificio! ¡Cuántas dificultades sufridas, cuánta hambre,
cuánta represión y salvajismo padecido!
Son
fundamentales las referencias a las persecuciones obreras de los años cuarenta;
las huelgas campesinas de los años 50; las esperanzadas, frustradas,
manipuladas elecciones presidenciales de 1958; las luchas por las jornadas de 8
horas organizadas por el PCP, que consiguieron el éxito -por la masiva
participación sostenida de abril y mayo- en 1962; las guerras coloniales de los
años 60 y primeros 70; la Revolução dos Cravos de 1974 y el brotar general de
la esperanza…
Y entre
ellas, el hambre, la miseria, la emigración, el paro, los salarios
escandalosamente insuficientes…, la organización de la protesta campesina, la
represión, la cárcel, las torturas, la presencia brutal de la GNR (Guardia Nacional
Republicana) y el refinamiento represivo de la PIDE (policía secreta); los
sacrificios personales, familiares, las vidas destrozadas… pero siempre llevado
con inmensa dignidad.
El
libro, que transmite con tanta serenidad el odio de los verdugos y la fuerza
siempre renovada de estas luchadoras, es un documento necesario para entender
ese cuarto y medio de siglo anterior a la democratización del país y las
condiciones de vida y lucha de unas mujeres, de un pueblo, entregados a la
liberación de todos los seres oprimidos.
Los
testimonios, obtenidos cuando habían pasado una treintena de años largos de la
increíble pesadilla, redoblan su valor y son, con su llaneza, un aldabonazo a
las conciencias y una lección sobre las dictaduras y el tesón indoblegable del
pueblo luchador.
Ahora,
seis años después de su publicación, bueno sería una reedición o su versión
digitalizada, para que aquellos que no pudieron acceder a este documento de
tanta intensidad histórica y vital puedan enriquecerse con el intenso
testimonio de las vidas de lucha y de fraternidad de esas mujeres rurales del
Sur, de las que tanto tenemos que aprender.
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