EL PUEBLO EN SOMBRAS
He vuelto a Terena, esa freguesía de Alandroal en Alentejo que es como un oasis de paz y al mismo tiempo un pozo del olvido. Antes de que, con un grupo de amigos, hiciéramos una visita a su castillo medieval, a su Santuario gótico de Nuestra Senhora de Boa Nova, y a los alrededores tan ricos en historia, arte, patrimonio y desbordante naturaleza mediterránea pura, fotografié una vez más su Rua Direita. Esa que me inspiró el poema que transcribo, y que incluí en mi libro AMANECERES Y OTROS POEMAS (que está completo en el Documento 35 de los Archivos Adjuntos de este blog). La he vista de nuevo majestuosa en su humildad, bellísima en su soledad, digna en su degradación motivada por la falta de recursos para mantener tan rico patrimonio material. Vaya mi homenaje a sus gentes y mi deseo de un porvenir mejor, que tanto se merecen.
suben la calle arriba. Están sentadas
algunas sombras más, como candiles,
como antorchas sin luz, carbonizadas.
Sostienen con sus manos de raíces
las cuentas de un rosario, la toquilla
que ya perdió su negro y es un brillo
de polvo, de mugre, de miseria
la tela despuntada.
Detrás lucen macetas, delante, en la pared,
por las ventanas carcomidas;
geranios que empeñan su verdor y cuelgan
por todos los lienzos desconchados,
irrumpen en balcones, en la sombra
terrosa del castillo.
Su carta está jugada. Apenas unas voces
tan viejas como ellas
salen de la taberna, con música a trasmano.
Luego vendrá el silencio
y se abrirá, como una aurora enloquecida
la inmensa soledad.
Apenas un autillo
devolverá el saludo a los suspiros
que quedan como polvo de una historia
que ya no se repite
y es ceniza tan sólo entre sus manos.
MOISÉS CAYETANO ROSADO
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