O XADREZ SEM MESTRE
Por Moisés Cayetano Rosado
Conocí a
Carlos Loures por la rigurosa y dinámica publicación electrónica
“aviagemdosargonautas.net”, de la que cuida con esmero y donde consigue
conjugar la calidad con la variedad y libertad de temas, abordajes y
discusiones. Sus trabajos personales en ella son de lectura siempre provechosa,
por el fondo y forma de lo que expone.
Luego,
entablada amistad e intercambiados libros de uno y otro, he podido leer con
reposo algunas de sus obras, entre las que se encuentra el libro de poemas O Cárcere e o Prado Luminoso, que es una
obra profundamente sentida y comprometida: con el hombre y con la literatura,
por lo que tiene de mensaje solidario y por su calidad compositiva,
respectivamente.
Otras han
sido sus novelas: A Sinfonia da Morte,
que sirviéndose del Regicidio de 1908, retrata sutilmente al Portugal de
comienzos del siglo XX, y especialmente a la Lisboa de la época, con dos
personajes centrales -el joven abogado procedente de la Beira, Jorge, y la
artista lisboeta de variedades Margarida-, enamorados en medio de una vorágine
de acontecimientos históricos, sociales, personales y convencionales que les
separan para siempre. Una más: A mão
incendiada -la segunda novela de la trilogía iniciada con Talvez um Grito-, transcurre en los años
convulsos alrededor de 1968, cuando el mundo experimenta un cambio de
mentalidades y un protagonismo de las mayorías silenciosas que van a ser acertadamente
tratadas por nuestro autor.
La última
publicada por Carlos Loures, y que acabo de leer, es O Xadrez sem Mestre, que da fin a la trilogía anteriormente citada.
Como las anteriores, publicada por Edições Colibrí, editorial de referencia
para los que tratamos temas de compromiso, de ensayo e investigación
relacionados con Portugal.
O Xadrez sem Mestre es una obra apasionante. De las que “enganchan”. De
las que una vez has comenzado su lectura no quieres dejarla hasta el final,
pues tanto el asunto tratado como la calidad literaria del texto constituyen un
lujo para cualquiera. Y eso que el autor nos obliga a una alta dosis de
concentración y referencias, pues en los capítulos se produce un continuo salto
temporal. Se inicia el 18 de marzo de 2008, en el Rossio de Lisboa; salta a
continuación al aeropuerto de Portela, con fecha 17 de mayo de 1995; pasamos en
el siguiente a Corroios, Almada, el 21 de noviembre de 1969, y así va haciendo
saltos en el tiempo, si bien estos últimos días de noviembre de 1969 serán los
principales de la acción narrativa.
Y es que
esta acción, de intriga, de zozobra, de dureza en la exposición de los
acontecimientos, de crudeza y vivo retrato del país en aquellos años oscuros,
nos presenta a unos disidentes antifascistas, activistas para el derrumbe de la
dictadura, que van a ser apresados por la PIDE y sometidos a sus
interrogatorios, torturas, vejaciones, hasta lograr confesiones, que harán caer
el peso de la represión sobre los eslabones más débiles de la cadena
oposicionista.
Es, así,
una novela que retrata a la sociedad bipolar del salazarismo-caetanismo: el
aparato represor y sus beneficiarios por un lado, y los grupos de disidencia,
de articulación difícil y conflictiva, por otro. Envolviéndolo todo, la mano
peligrosa del aparato del Estado, con sus agentes secretos capaces de cualquier
atrocidad para perpetuar el tenebroso régimen político cuyo derrumbe por la
Revolução dos Cravos traerá la libertad, aunque no las aspiraciones de igualdad
y justicia por lo que también se luchaba.
Carlos
Loures nos conduce magistralmente por los oscuros pasadizos materiales y
morales de la PIDE-DGS, pero también por las intransigencias ideológicas de
muchos opositores impregnados de teorías al tiempo que respaldados por
situaciones familiares de privilegio: o sea, los jóvenes estudiantes de
familias del Régimen que pretenden utopías irrealizables, conducidas por
corrientes comunistas y anarquistas muy matizadas, pero irreconciliables entre
sí para una actuación conjunta. Ante
ello, otras personas menos “afortunadas”, más pegadas al sufrimiento cotidiano,
asistente inquietas y perplejas, y al final pagan las consecuencias opresivas
de las que los anteriores se zafan sin grandes problemas.
De entre
esos jóvenes “afortunados” y disidentes destaca Cláudia de Matos Silveira, comunista,
luego anarquista y… más tarde, en democracia, responsable socialista,
socialdemócrata…: instigadora de conspiraciones por las que uno de sus
“seguidores” -un sencillo trabajador- pierde la vida, su mujer es torturada,
como otros amigos, en tanto ella sale sin problema alguno; su padre es un
potentado sostenedor de la política económica del Régimen, y por tanto resulta
“intocable”. Algo similar ocurre con Avelino de Souza-Mello, joven seducido por
los “encantos” de la anterior, y al final el que cede a las mínimas presiones
policiales delatando a sus compañeros.
Ambos tendrán
un mal final, en tanto los que llevaron la parte tremenda de la acción
policial: torturas física, “tortura de sueño”, interrogatorios de enorme
dureza, prisión de largos años…, sobrevivientes de la dictadura y desengañados
al disiparse la utopía de los meses revolucionarios, discurren por la vida con
sus tristezas, sus alas de utopía lamentablemente rotas.
Obra, por
ello -este O Xadrez sem Mestre-, con
una carga contundente de denuncia, por aquellos tiempos terribles de férrea
dictadura, por tantas deserciones y por tan débiles resultados en el alcance de
los sueños. Pero con una fuerza narrativa y con una calidad literaria
extraordinaria. Con una maestría a la hora de mantener la tensión y la atención
verdaderamente admirables. Novela muy digna
de leer y de recomendar para todo el que quiera enfrentarse a un buen texto y a
una exposición clarificadora de la historia reciente, convulsa, de Portugal.
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